El estilo de vida como secreto de bienestar

 

Si de algo nos hemos dado cuenta es que los parches, las operaciones pre y post “bikini” o «el pierde 5 kg en 3 días operación verano», no funcionan. Al menos de manera estable, y beneficiosa para el cuerpo y mente.

El nuevo enfoque de bienestar, belleza, y longevidad que está calando en todos los núcleos de respeto en la industria del wellness, tiene como denominador común la influencia de tu estilo de vida, clave para cualquiera que busque soluciones no invasivas y sostenibles en el tiempo.

Una vez entendido que nuestros genes solo contemplan un 20% del estado de nuestra salud y apariencia, el resto depende de nosotros o, mejor dicho, de las elecciones que hacemos a diario, de nuestro compromiso para crear hábitos que nos ayuden no solo a vernos mejor con el paso de los años, sino a sentirnos vitales y saludables en el día a día.

¿Qué comprende este estilo de vida?

Sin duda, movimiento (de cualquier tipo), nutrición celular (cargada de antioxidantes y con miras a la microbiota, pues la salud y la belleza de nuestra piel empieza en el intestino), así como vitaminas y minerales clave que aseguran el óptimo rendimiento de nuestro organismo.

Crear rituales o ratos de conexión con nosotros mismos. El poder terapéutico de unas risas, una experiencia que nos estimule o nos haga divertirnos, es salud.

El descanso de calidad es clave en la regeneración interna y externa.

La hidratación es uno de los mayores aliados contra el envejecimiento prematuro: una piel hidratada es una piel joven, jugosa y sana.

Los masajes y el contacto físico son sin duda parte de esta filosofía, donde experimentar placer es un “must”.

Se dice que un masaje facial o corporal al mes puede retrasar el envejecimiento prematuro, ya que, de manera continuada, estamos activando celularmente la oxigenación, drenaje linfático, circulación, y regeneración en nuestro organismo, desde dentro hacia fuera.

Este cambio de perspectiva funciona de manera integrada, pues está testado que cuando te mueves, además de liberar toxinas, activar metabolismo y cierto tipo de hormonas que favorecen sensaciones positivas en el organismo, tus elecciones empiezan a cambiar, posiblemente eligiendo alimentos menos procesados y con menos azúcar, disminuyes las tomas de alcohol, duermes las horas necesarias para permitir que tu organismo se regenere, etc...

EL secreto está en no enfocar el bienestar como una dieta, un plan de choque o un castigo, sino en encontrarle la seducción de incluirlo en el día a día o con cierta periodicidad, promoviendo el progreso vs. la perfección y entendiendo que no es lo que hacemos ocasionalmente lo que juega en nuestra contra, sino aquellos hábitos de lifestyle que incluimos en el día a día, lo que nos permite darle la vuelta a la forma en la que envejecemos, que sentimos y que nos relacionamos.

El momento de plantearte si tu estilo de vida y rutinas trabajan a tu favor es ahora. Esta es la etapa del “sembrado”. Lo único que has de hacer es empezar.

 
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